Quién mejor que nuestra infancia para representar la espontaneidad y la curiosidad. Inés se salta todos los protocolos para comprobar qué es eso que llama su atención. Necesita verlo de cerca, olerlo, tocarlo y si puede, hasta probarlo.
Ella representa el origen y la esperanza de nuestra sociedad en general y del sector hortofrutícola en particular como motor de desarrollo económico y humano, desde una perspectiva sostenible.